Hasta ahora había estado más de tres décadas en el sótano del museo Reina Sofía. Fue en 2012, con motivo del trigésimo quinto aniversario de la matanza de Atocha, cuando el portavoz de IU en el Congreso y secretario general del PCE, José Luis Centella, denunció que era una “vergüenza para la democracia” que el Reina Sofía tuviera ‘El abrazo’ “encerrado en el sótano como símbolo de una segunda clandestinidad” y volvió a solicitar que fuera prestado a la Cámara Baja.
El cuadro, pintado en 1976 por petición de Amnistía Internacional para abogar por la libertad de los presos políticos, fue hecho poster reivindicativo por la organización internacional, y tuvo una segunda parte en forma de escultura, realizada por el propio Genovés, en 2003, en la calle de Atocha. La razón, aparte de por su significación, es porque los abogados asesinados tenían el poster de Amnistía en su despacho.