Nada permanece tampoco en el PP inalterable: que se dijo no a la reforma de la Constitución, pues se dice ahora sí, y aquí paz y después gloria; que hay que pactar un programa de recuperación económica, pues se pacta; que hay que incluir en un hipotético gobierno a quien llamó indecente al presidente del Gobierno, pues se le incluye...
Todo es ya negociable, incluso es posible que "in extemis" como ocurrió con Mas, Rajoy también se preste a dar un paso al lado. Tiempo al tiempo.
Todo sea, en este caso, por la estabilidad de España y el interés de la patria.