"Montoro sitúa al PP frente al espejo de su putrefacto legado
y descubre la miseria moral de una derecha que soslaya los escándalos de sus gobiernos
e imparte lecciones de ética e integridad".

martes, 12 de enero de 2016

Y donde dije "digo", digo "Diego".

Nada permanece tampoco en el PP inalterable: que se dijo no a la reforma de la Constitución, pues se dice ahora sí, y aquí paz y después gloria; que hay que pactar un programa de recuperación económica, pues se pacta; que hay que incluir en un hipotético gobierno a quien llamó indecente al presidente del Gobierno, pues se le incluye... 

Todo es ya negociable, incluso es posible que "in extemis" como ocurrió con Mas, Rajoy también se preste a dar un paso al lado. Tiempo al tiempo. 

Todo sea, en este caso, por la estabilidad de España y el interés de la patria.