Hoy hace 35 años que fuerzas fácticas y no fácticas intentaron "pegar un golpe de Estado" porque consideraban que el gobierno y la administración se encaminaba, sin vuelta atrás, hacia un sistema democrático homologable con el resto de los países occidentales europeos. Lo intentaron, algunos dicen que "fracasaron completamente". Yo no estoy tan de acuerdo. Dicen que se castigó a los culpables. Menos de acuerdo todavía. Y España pudo culminar la elección de su presidente de gobierno a través de sus diputados electos.
35 años después estamos también a la espera de que el mismo parlamento, otra legislatura, elija al nuevo residente en La Moncloa.
Han cambiado mucho las cosas y, a la vez, no tanto. Por ejemplo, hemos transformado los métodos de asustar a la población.
Ya no hace falta guardia civiles chiflados y/o engañados.
Ya no hace falta metralletas adueñándose de televisiones y radios. Basta con "Fondo Monetarios Internacionales, "Primas de Riesgo", miedo en los mercados, boicot de la banca nacional e internacional, entre otros "factores", para que los diputados "sepan" con quien pueden y deben de pactar y con quién no.