El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 4 de febrero de 2016

Ahora queda lo más difícil, ...

Ahora queda lo más difícil, llegar a acuerdo con Podemos y cerrar definitivamente los votos favorables de IU y PNV, más la abstención, que no parezca pactada, de ERC y DyL. ¿Difícil, pero imposible? No, evidentemente no, posible, asequible.

Si a PSOE, Podemos e IU les une el 99 % del programa social por qué no intentarlo y conseguirlo? ¿Por qué condenar a su base social a cuatro años más de sufrimiento? Cierto es que ese Gobierno del Cambio no podrá hacer milagros, que la crisis no desaparecerá con él, ni las injusticias, ni el paro, pero lo que si resulta seguro es que se paliarán, que al menos tendrán un tratamiento más justo, más humano, más cercano. Que además la praxis política sufrirá la profunda regeneración imprescindible, que exige nuestra sociedad.

Pablo Iglesias y sus boys tienen la obligación moral, ética, de ponérselo fácil, de no poner más palos en las ruedas, bastantes le ponen ya nuestros enemigos. La responsabilidad es de ambos, sí, pero es tiempo de estadistas, de gentes con la altura de mira propia de la izquierda, de audacia como la suya, pero también imaginación y dosis ingentes de generosidad y ahí Podemos debe hacer su catarsis correspondiente. No se puede ofrecer un pacto y al mismo tiempo sacudir estopa a tu futuro socio un días sí y el otro también.

Pedro Sánchez nos ha demostrado a todos que efectivamente “parecía tonto” pero no lo es, que está dispuesto para el cambio y además es consciente de que es su única, su última oportunidad de seguir en política.

Ahora el 2 de Febrero ya es el candidato oficial a Presidente del Gobierno y comienza de verdad el partido, incluso en clave interna la fecha del Congreso del PSOE aprobada el pasado sábado salta por los aires.

Por eso ahora la pelota está en el tejado de Pablo Iglesias, los movimientos de Sánchez sitúan el partido en condiciones de ser jugado con inteligencia. Es el momento de demostrar que es un estadista y que entiende que una negociación sensata deja la posibilidad de acceder a las bases socialistas, incluso dejando un buen poso en ellas para el futuro.