Si alguien desde posiciones de izquierda,
pusiese trabas a un gobierno de progreso en España
perdería credibilidad en su electorado.
Las ganas de cambio que manifestaron en las urnas
casi todos los votantes que no lo hicieron al PP,
una inmensísima y rotunda mayoría,
debe de ser interpretada por los parlamentarios
como un deseo de que busquen acuerdos
que permitan atender las demandas de las personas.