Probablemente, una declaración de amor que esta pareja de directores realiza al séptimo arte, con un estilo que nunca deja indiferente a la audiencia. Se supone que es un constante homenaje de los realizadores al cine que se rodó en las primeras décadas de historia de Hollywood.
Desfilan ante nuestros ojos escenas que evocan una forma de hacer cine que el tiempo dejó atrás y desarrollan ese "género" que aglutina géneros que es "el cine dentro del cine".
En mi opinión se deja ver pero, a pesar del espectacular plantel de actores con el que se rodean los Coen para dar vida a los incontables estereotipos que presentan y habiendo tantas películas buenas estos días en las pantallas, yo elegiría otra.