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jueves, 23 de junio de 2016

Lo positivo y lo negativo del Brexit

Imagen y texto de VOCENTO
Visto lo visto, debemos recordar que Reino Unido ha mantenido una extraña y tóxica relación con la UE desde que se sumó a ella en 1973. Nunca se ha sentido cómodo y con frecuencia ha sido uno de los principales opositores a los intentos de profundizar en la integración. Tenemos que ver lo negativo y lo positivo de la medida.

Los efectos del ‘Brexit’ harán tambalear, sin duda, los equilibrios existentes en el seno de la Unión: 

- entre potencias (Alemania, Francia); 
- entre miembros de la zona euro y otros que no lo son (Suecia, países del Este de Europa); 
- en materia presupuestaria al perder un contribuyente neto para el presupuesto comunitario (cerca de 10.000 millones de euros anuales hasta la próxima década), lo que obligaría a otros socios a contribuir más (Alemania en 2.500 millones de euros, Francia en 1.900, España en 900); 
- en política exterior y defensa donde los británicos siempre han impedido su consolidación; 
- etc. 

Pero dicho todo lo anterior, también habrá que reconocer que su marcha permitirá, de una vez por todas, integrar el núcleo duro de la UE y dar el paso definitivo hacia la integración política y económica. 

Recordemos que es un país que ya está fuera del centro del proyecto europeo, al no formar parte de la eurozona y del espacio Schengen, al gozar del lucrativo «cheque británico» y al disfrutar de un protocolo especial en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión. 

Veamos la marcha del Reino Unido como una oportunidad para resituar el proyecto europeo, para dar un ultimátum a todos aquellos países que como Polonia no generan más que problemas mientras siguen exprimiendo la ubre comunitaria, para consolidar una unión política de verdad y, sobre todo, para que la Unión sea la de sus ciudadanos, la social y solidaria.