El razonamiento inicial es simple: el panorama de partidos ha cambiado en España. Había dos grandes y ahora hay cuatro. Los equilibrios que funcionaban hasta ahora —bipartidismo de mayorías absolutas con apoyo puntual de partidos nacionalistas— no bastan. Da la sensación de que repetiremos elecciones hasta que se dé un resultado similar a otras épocas. Nadie asume el riesgo de actuar: si nadie se pone de acuerdo, no hay presidente y las elecciones se convocan automáticamente.
¿Qué se hace en otros países con sistemas multipartidistas implantados para facilitar la formación de sus gobiernos?
Hay varias opciones:
-Premio al ganador. Como en Grecia. No me gusta.
-Sin investidura. Otra manera de facilitar la investidura sería simplemente quitarla. Así ocurre en algunos países del norte de Europa como Noruega, Islandia o Dinamarca. En Noruega, se mantiene el presidente saliente hasta que dimite porque su falta de apoyos es evidente o porque el nuevo Parlamento gana una moción de confianza.
-Segunda vuelta. Las segundas vueltas sirven para consolidar a un ganador. Pero son más propias de sistemas presidencialistas o en circunscripciones unipersonales. Se presentan varios candidatos, dos son los más votados, y los electores escogen entre esos dos. Me gustaría probar este sistema tanto para elegir presidente, lehendakari o alcalde. Creo que cambiaría bastante el resultado.
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