Los colgantes de bolas adquieren en su cuello la prestancia de una cuerda de longanizas, pero estas perlas cobijan implicaciones políticas más serias. Sus collares no guardan semejanza con un rosario por casualidad. Son las cuentas que no les salían a los valencianos durante más de 20 años, innumerables cuentas blancas por fuera y negras por dentro como donaciones de mil euros.