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Hay días en que es duro ser Albert Rivera. No muchos, pero está claro que ayer ha sido uno de ellos.
Para ser más exactos, justo después de que se conociera la derrota de Rajoy en la segunda votación de su investidura y, pocos minutos después, cuando los medios de comunicación informaron de la decisión del Gobierno de proporcionar un retiro dorado a José Manuel Soria en el Banco Mundial.
Tan dorado como lo puedan ser 226.000 euros al año. Libres de impuestos. Esto último es un detalle importante para alguien como Soria si recordamos los negocios de sus empresas en paraísos fiscales.
Cuando anunció su acuerdo con el PP, el líder de Ciudadanos no paraba de presumir: "El nuevo centro político arrastra a la vieja izquierda y a la vieja derecha a una etapa de regeneración y reformas".
Pues si lo de Soria es regeneración, ...