en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 2 de julio de 2018

AMLO se asemeja a Lula y a Mitterrand, que consiguieron su meta después de haber perdido dos convocatorias consecutivas.

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Por primera vez desde Lázaro Cárdenas llega la izquierda al gobierno. Las dos oportunidades anteriores (en 1988 y 2006) fueron “neutralizadas” por el establishment. Hoy las expectativas son muchas, los retos inmensos y el contexto internacional contra-cíclico: al norte gobierna Trump y en el sur están desapareciendo los gobiernos progresistas. Es necesario desear fortuna y virtud al nuevo ejecutivo.

El intenso malestar social, económico y político que vive México viene de lejos. Hay quien lo atribuye a la firma (con Estados Unidos y Canadá) del Tratado de Libre Comercio en 1994 que supuso la ruina del campo, la inundación de productos norteamericanos y la instalación en el país de miles de maquilas (plantas de ensamblaje) que ofrecían mano de obra barata a la industria norteamericana. 

Otros lo atribuyen al inicio de la alternancia electoral que supuso la derrota del otrora hegemónico PRI y la llegada al poder del derechista Partido de Acción Nacional (PAN) el año 2000. Con las dos administraciones del PAN y sus medidas neoliberales incrementó la desigualdad, la pobreza y la violencia del narco. 

Doce años después la vuelta del PRI no supuso ningún cambio substancial, y la situación del país fue deteriorándose. Muestra de ello es que durante los últimos tres sexenios han emigrado a los Estados Unidos más de 12 millones de mexicanos y unos 250.000 han fallecido violentamente a causa de la llamada “guerra contra el narco”, a la par que se han privatizado sectores estratégicos del país (como el petróleo) y han aparecido nuevos mega-ricos mexicanos en la lista Forbes.