Y parecería razonable también creer que en esta España europea, con una democracia asentada, cualquiera que saliese al grito de "Franco, Franco, Franco", debería de seguir el mismo camino que los anteriores.
Pero parece que no es exactamente así y, desgraciadamente, hay que seguir luchando para que ambos sean reciclados mentalmente, y si no lo aceptan, a ambos se les castigue "democráticamente", al menos, como se les castigaría, por ejemplo, en Alemania.