A pesar de tener un acuerdo cerrado a través de Booking nos ha subido el precio posteriormente, sin previo aviso. a la llegada al hotel. Preludio de una falta de seriedad que posteriormente he visto confirmada en los siguientes puntos:
- Una vez en la habitación, no ha habido agua caliente ninguno de los días, teniendo que ducharnos con agua fría.
- Entre las cosas que prometía a la hora de contratar estaba la wifi, una wifi inexistente. El propietario, en vez de reconocer su falta de cumplimiento de contrato echaba balones fuera, con falsas excusas.
- Cuando le he pedido la hoja de reclamaciones se ha sulfurado y se ha puesto a gritar violentamente, incluso a insultar a mis compañeros de estancia, poniendo en duda la capacitación profesional de ellos porque durante esta mañana le han protestado por los mismos motivos que yo a la noche y había acudido la Guardia Civil.
- Se ha negado a darme la hoja de reclamación solicitada diciéndome que “no se le ponía” de manera esperpénticamente desafiante.
- Y, para colmo, hoy me levanto, y no había nadie en el hotel. Tenía las instalaciones cerradas. No se podía entrar ni en el bar ni en el comedor. Me ha dejado sin desayuno, aunque lo tenía pagado. Me he marchado por la única puerta que estaba abierta. ¡Qué manera de mostrarme su enfado más ridícula!
- De principio a fin ha mantenido una actitud que, en su país de origen, probablemente, todavía sea habitual, pero que no podemos admitir aquí.
En definitiva, el pueblo, sin duda, merece una visita, pero este hotel, mientras mantenga esta regencia, claramente no. No son nada recomendables.