
La mayoría son cerradas lamentablemente, y fuerzan al cliente a pedir la contraseña. Hay establecimientos que ponen el nombre del establecimiento, para que se nos meta en el coco. OK. Pero también hay trabajadores que no se la saben y no te la dan. Lamentable.
Por último están los establecimientos trogloditas en temas digitales, por lo menos, y escriben en la pared un letrero como el que muestra la foto adjunta. Todo un alarde de ridiculez.