Es una cita obligatoria.
Y en la de este año he observado tres puntos reseñables:
Las barracas infantiles no han variado mucho en las últimas décadas.
Los mismos personajes infantiles más o menos actualizados,
dependiendo de los dibujos animados correspondientes, y poco más.
Las barracas para más mayorcitos, los adolescentes, jovenes y mayores
han evolucionado y mejorado considerablemente
con respecto a hace cinco o seis décadas.
Atractivas y sugerentes.
Y el punto que menos me ha gustado personalmente
es la gran cantidad de tómbolas y puntos de atracción como la lotería,
el bingo y el presunto reto de apostar por ganar un jamón, un osito
o un objeto tirando con pelotas, dardos, armas, incluso metralletas.
Su gran atractivo en la población no deja, en mi opinión,
muy bien a nuestra sociedad.