Gianluca Battista
Los siete diputados de Junts en el Congreso no han servido para obligar a Sánchez a una absurda renuncia al Gobierno de Cataluña a cambio de la estabilidad en Madrid, tal como quería Puigdemont.
Tampoco han servido las denuncias de traición y las amenazas apocalípticas de unos y otros.
Quizá las exageraciones han estimulado la libre decisión de los militantes de Esquerra. Poco podrá hacer ya Puigdemont para frenar la investidura, ni siquiera su disposición a regresar para ser detenido, dejando sin sentido sus siete años de autoimpuesto exilio.
Ahora es el momento de la pedagogía y, sobre todo, del debate sereno.
Espero que unos y otros lo aprovechen.