En la última evaluación que ha hecho Amnistía Internacional de los progresos de China en relación con las mejoras prometidas en materia de derechos humanos con antelación a los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín, la organización concluye que varios activistas con base en Pekín siguen sometidos a "detención domiciliaria" y a fuertes medidas de vigilancia policial, y que activistas de otras partes de China se enfrentan a patrones reforzados de abuso mientras la atención se centra en los preparativos de las Olimpiadas en Pekín.
En su informe, Amnistía Internacional pone asimismo de relieve la continuidad de una campaña represiva contra periodistas que, en los últimos tiempos, se ha extendido a la clausura de ciertas publicaciones chinas sobre desarrollo y sociedad civil.
En su informe, Amnistía Internacional pone asimismo de relieve la continuidad de una campaña represiva contra periodistas que, en los últimos tiempos, se ha extendido a la clausura de ciertas publicaciones chinas sobre desarrollo y sociedad civil.