Dicen que un veterano cargo popular en la Corte madrileña describió gráficamente así la relación que viven con los socialistas vascos: «Esto no es amor, es sexo».
Y la verdad es que visto desde fuera, a esa media distancia desde la que la ciudadanía podemos observar los devaneos de estos últimos días no podemos menos que estar de acuerdo con la definición dada a esta nueva relación.
Ahora bien, todos sabemos que cuando no media amor o cariño, el sexo suele terminar midiéndose con dinero, y los de la gaviota de eso saben bastante. Aunque tendrán que reconocer que sexo sin amor y a cambio de dinero tiene un nombre muy concreto, un nombre que por cierto lleva la P del PP.