El 1 de Mayo es una buena fecha para reflexionar sobre el sindicalismo actual. El esquema de funcionamiento y principios rectores de los partidos políticos, se ha extendido también a los sindicatos. Así, tanto unos como otros dependen de las subvenciones públicas, tanto vía directa por votos alcanzados, como de los fondos derivados de la gestión de la oferta formativa pública y semi-pública.
Actualmente se emplean como métodos de captación de afiliados diversos medios, de los que mencionaremos algunos: seguros de vida y suspensión de empleo, vivienda social , descuentos en academias y centros formativos, servicios jurídicos, descuentos en comercios, oferta formativa de cursos , turismo social, etc...
La finalidad de tales prácticas es la obtención de una base asociativa, pues el número de afiliados es realmente bajo. De un sindicalismo de confrontación, con todo ello, se ha pasado a un sindicalismo de servicios.
Sus presupuestos económicos no envidian de los equivalentes en los partidos políticos. Liberados, secretarias, oficinas, locales de formación, gabinetes jurídicos, dietas de todo tipo, etc.; suponen una estructura cara de mantener y a su vez imprescindible para ofertar todos los servicios que actualmente ofrecen a su base asociativa.
La figura del "liberado" equivale, en el ámbito laboral a la del "político". Sinónimo de vida fácil, ha caído en el desprestigio entre la generalidad de los trabajadores, habiéndose encumbrado en tales puestos los más avispados y no, necesariamente, quiénes mayor vocación de servicio demuestran. Tal imagen refleja el desprestigio en el que la acción sindical ha caído en amplios sectores de la sociedad española, paralelo en buena medida, a idéntica valoración que se realiza respecto de "los políticos".
La figura del "militante obrero" ha sido sustituido por la del "cotizante". Por otra parte, el número de cotizantes es reducido, teniendo España una de las tasas de afiliación sindical mas bajas de Europa, pese a las prácticas clientelistas antes mencionadas.
La actual estrategia de los dos grandes sindicatos pasa por la "unidad de acción" entre ambos, pudiendo entenderse como objetivo a largo plazo la unión confederal entre ambos, siendo su modelo la gran confederación sindical alemana.
Ese objetivo estratégico, ha sido desarrollado por la táctica de la negociación con la patronal y la Administración Pública, intentando cerrar el paso a otras fuerzas sindicales.
El actual sindicalismo "de clase", heredero del combativo sindicalismo marxista o anarquista del primer tercio del siglo XX, se ha transformado en unas estructuras a las que se busca dotarles de sentido de cualquier forma, asumiendo funciones "burguesas", plenamente integradas en el sistema. En ese sentido, la oligarquía sindical actual se preocupa más por el mantenimiento de unas estructuras sindicales saneadas y controladas, que por las inquietudes de sus "bases".
Fuente: arbil.org