El Ayuntamiento de Lleida se ha convertido hoy en la primera ciudad española en prohibir los velos integrales -burka y niqab- en lugares públicos. Absolutamente razonable.
La moción aprobada, y que inicialmente promovió CiU, prohíbe las prendas a través de una ordenanza de civismo, e insta a las administraciones de rango superior a que regulen los velos integrales en la vía pública, puesto que los ayuntamientos no están capacitados para ello y, a corto plazo, se prevee que sean varios los consistorios que se planteen la medida.
El velo integral anula la comunicación de las mujeres. No las vemos, se hacen invisibles para el resto de la ciudadanía y, creo sinceramente, que no podemos permitirlo. Nadie sabe quien hay detrás del burka y en lugares públicos la gente ha de ir con la cara descubierta. Cada uno en su casa puede disfrazarse hasta de "lagarterana", pero en los territorios comunes, debemos de respetar normas comunes.
El burka no es una obligación de la religión, es una de esas medidas que imponen los intermediarios entre los dioses y los humanos en la tierra y que no tienen ninguna base teológica y, mucho menos, humana.
Me gustaría que por estos pagos no esperemos a que la cosa se complique y empecemos a tomar medidas sensatas y razonables al respecto desde ya.
