El próximo martes 25 se convoca la primera de las diferentes huelgas y protestas que los sindicatos se han sentido en la "obligación" de convocar ante el escaso margen de maniobra que, en este caso, les ha ofrecido ZP y para aparentar cierta compostura ante los suyos.
Pero cuatro huelgas generales en Grecia, tal como señalaba Xabier Lapitz el pasado domingo en DEIA, sólo le han hecho un poco más pobre al país heleno. Conviene no perder de vista este ejemplo, porque una protesta de estas características sólo viene a agravar el problema que se trata de solucionar.
Que nadie se confunda. No estar de acuerdo con una huelga general no es ni negar el derecho legítimo a que la convoquen, ni suma ni resta un ápice de razón a los motivos por los que es convocada. No termino de entender que sindicatos que han estado coqueteando con Rodríguez Zapatero a cambio de jugosas subvenciones se caigan a estas alturas del guindo. Ellos también han contribuido al problema.