Por entre unas matas,
seguido de perros
(no diré corría),
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?».
«¿Qué ha de ser? -responde:
-sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo."
«Sí -replica el otro,
-por allí los veo...,
pero no son galgos.»
«¿Pues qué son?" «Podencos.»
«¿Qué? ¿Podencos dices?»
«Sí, como mi abuelo.»
«Galgos y muy galgos,
bien vistos los tengo.»
«Son podencos: vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos te digo.»
«Digo que podencos.»
En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa
llévense este ejemplo.
seguido de perros
(no diré corría),
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero,
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?».
«¿Qué ha de ser? -responde:
-sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo."
«Sí -replica el otro,
-por allí los veo...,
pero no son galgos.»
«¿Pues qué son?" «Podencos.»
«¿Qué? ¿Podencos dices?»
«Sí, como mi abuelo.»
«Galgos y muy galgos,
bien vistos los tengo.»
«Son podencos: vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos te digo.»
«Digo que podencos.»
En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa
llévense este ejemplo.
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Esta hermosa fábula de Tomás de Iriarte
No debemos detenernos en cuestiones
frívolas, olvidando el asunto principal
viene al caso del titular de la noticia ...
y si es en poesía, mejor.
Mañana lunes tienen una buena oportunidad
de firmar un acuerdo o de seguir discutiendo
a la puerta de la madriguera.