en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

martes, 12 de abril de 2011

No confundamos chantaje con rescate


Recogido de : /www.escolar.net/
Toda manipulación empieza siempre por las palabras y esta vez en el verbo está la trampa. Rescatar: Liberar de un peligro, daño, trabajo, molestia u opresión (diccionario de la RAE). Si tan bueno es ese “rescate” de la Unión Europea, ¿por qué todos los países rescatados se han resistido hasta el último momento a aceptar esa liberación que ofrecían sus altruistas socios comunitarios?

Rescatar es lanzar un salvavidas a un náufrago. Otra cosa es vender el salvavidas al náufrago a cambio de un riñón y un ojo de la cara. No es un rescate, es un chantaje: financiación un poco más barata a cambio de un ajuste de caballo (y sigue tragando agua). O un secuestro con rehenes: los portugueses, los irlandeses y los griegos, que tendrán que pagar durante años por el desastre de una crisis financiera que se ha agravado por el poco margen de maniobra que permite el euro. En parte, su barco se ha hundido porque no podían devaluar; porque no podían soltar lastre, como antes. Los rescatados son otros: los grandes bancos europeos, que prestaron a estos países y temían por sus inversiones. El auténtico salvavidas es para ellos.

Los portugueses votan dentro de mes y medio pero dará igual quién gane las elecciones. Serán otros poderes, fuera de Portugal, quienes tomen las grandes decisiones. La Unión Europea está en crisis, pero no sólo por esos lobos que atacan a la deuda soberana y que tan útiles resultan para asustar a los pobres pastorcillos. ¿Es lógico que exista una moneda única, un mercado único y un único Banco Central Europeo, pero que no exista un poder político que garantice la solidaridad entre todos esos países encadenados entre sí por el euro? ¿Es posible una Unión Europea con ciudadanos de primera y de segunda?, ¿con países soberanos y países sin soberanía?