No puedo cerrar esta semana sin mencionar los comentarios de Urkullu en relación a tres puntos:
-La legalización de Sortu. Comparar la próxima legalización del partido de la actual izquierda abertzale situada al margen de la ley con el Partido Comunista del "Carrillo con peluca" me parece, cuando menos, un desatino.
-Y recordarnos aquel Pacto de Ajuria Enea que acabó como el rosario de la aurora, y tras el cual se produjo aquella travesía del desierto "soberanista", empecinada en aquel 51% de Ibarretxe con aquel tripartito y los batasunix, tampoco me ha parecido especialmente afortunado.
-Para terminar, recordar que sus reuniones madrileñas con ZP y Rajoy, aparentando disponibilidad con ambos, e intentando aparentar una equidistancia imposible me sigue pareciendo una política mercantilista poco seria y afortunada, en tanto en cuanto cualquier partido que en un régimen tan bipartidista como el español, los partidos políticos autoconsiderados equidistantes son menos apetecibles para el votante como yo que tiene clara una preferencia presidencial y que puede estar abierto a votar otro partido que también le garantice ese voto posterior en la cámara de diputados.