Iñaki Anasagasti los ha calificado como "premios del señorito y desde la peana del señorito", al tiempo que ha lamentado que "no se puede hacer" una investigación de cuánto cuesta esta "costosa ceremonia a mayor gloria de una pareja que necesita ser publicitada".
Y ciertamente me pregunto si estos premios, que se organizan cada año con dinero público a mayor gloria, no tanto de los premiados, sino de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, que están centrados en sus personas.
Unos premios donde se eligen candidatos a premiar mediáticos y conocidos, en vez de personas anónimas que trabajan la solidaridad sin la iluminación de los focos y, aunque muchos de los premiados merecen el galardón, éste no tiene "ningún crédito".
Y en esto a Iñaki no le falta razón.