Algunos descubrieron entonces
que la democracia partía de nosotros y nosotras mismas.
Surgió el deseo de empoderarniento
y de participar activamente en un proceso de cambio.
El 15-M nos cambió a todos para siempre.
¿Dónde están ahora los del 15M?
Los que lo vivieron activa o pasibamente.
Algunos han decidido tomar las Instituciones
retando a quienes no lo creían posible.
Sería un error que quienes entonces se reanimaron
a la participación política institucional
vuelvan a caer en la desidia, la incredulidad y la abstención.
La democracia para ser más fuerte
necesita el voto de toda su ciudadanía.