- Sánchez puede exhibir superioridad frente a la pelea independentista y a las vociferantes ultraderechas españolas. Además le ha dado a ERC el balón de oxígeno que ERC necesitaba y además los republicanos han separado la negociación de los presupuestos en el Congreso de la pelea por el aeropuerto o las diferencias en la mesa de negociación.
- A corto plazo sale reforzada la autoridad de Aragonès y la apuesta por el dialogo con el resto del Estado, demostrando que su apuesta por el diálogo no es una pose y que no está dispuesto a que Junts le marque el paso.
- Junts se aleja de la imagen institucional que buscó al pactar la ampliación del Prat, y se convierte en la derecha radicalota a la que solo le queda esperar a que el diálogoy el acuerdo fracase para decir aquello de "ya decía yo", aunque no haya presentado ni defendido una propuesta alternativa más allá de los discursos y los tuits.
Mientras, Salvador Illa puede ir acariciando el gato en espera a que las desavenencias entre Junts y ERC acaben siendo insuperables. No será ni hoy ni mañana puesto que, como todo gobierno, intentarán aguantar todo lo que puedan.