- Sánchez puede exhibir superioridad frente a la pelea independentista y a las vociferantes ultraderechas españolas. Además le ha dado a ERC el balón de oxígeno que ERC necesitaba y además los republicanos han separado la negociación de los presupuestos en el Congreso de la pelea por el aeropuerto o las diferencias en la mesa de negociación.
- A corto plazo sale reforzada la autoridad de Aragonès y la apuesta por el dialogo con el resto del Estado, demostrando que su apuesta por el diálogo no es una pose y que no está dispuesto a que Junts le marque el paso.
- Junts se aleja de la imagen institucional que buscó al pactar la ampliación del Prat, y se convierte en la derecha radicalota a la que solo le queda esperar a que el diálogoy el acuerdo fracase para decir aquello de "ya decía yo", aunque no haya presentado ni defendido una propuesta alternativa más allá de los discursos y los tuits.
Mientras, Salvador Illa puede ir acariciando el gato en espera a que las desavenencias entre Junts y ERC acaben siendo insuperables. No será ni hoy ni mañana puesto que, como todo gobierno, intentarán aguantar todo lo que puedan.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)