A pesar de que la comunión independentista ayer consiguió superar la amenaza del fracaso de la convocatoria anual, observando el día a día del gobierno bipartito catalán, cabría concluir que estamos en vísperas de un cambio de alianzas en Cataluña.
Es decir, porque tampoco hay tantas alternativas, y podría pensarse que tras la Diada se dará paso a otra mayoría parlamentaria, menos identitaria y más política. Léase con el PSC y los ‘comunes’.
Pero la movilización de ayer fue en realidad un argumento disuasorio para que Aragonès no se independice de la independencia, y a ERC no se le ocurra aventurarse por libre. Le lo recordaron ayer por activa y por pasiva. Las cadenas forman parte de la propia identidad y parece que seguirá con ellas al menos un tiempo.
Interesante y dispar recuento de número de asistentes del paseo de ayer.