Alemania, por activa y por pasiva, ha pedido perdón e incluso ha indemnizado a supervivientes del Holocausto y familiares. Por el contrario, el Estado de Israel no ha perdonado ni en público ni en privado, manteniendo una constante presión de odio hacia todo y todos aquellos que no estén de acuerdo con su política.
Lleva a la práctica el ‘ojo por ojo’, inculcando el odio a sus generaciones, basándose en el victimismo del Holocausto.
¿Para cuándo un punto de inflexión en el que el pasado sea presente, un encuentro entre generaciones y que el odio pase a ser un mal recuerdo?
¿Para cuándo un punto de inflexión en el que el pasado sea presente, un encuentro entre generaciones y que el odio pase a ser un mal recuerdo?
«El odio ha causado muchos problemas en el mundo, pero no ha ayudado a solucionar ninguno» (Maya Angelou).
Dios gritó al pueblo de Israel:
«Quien siembra vientos recoge tempestades».
JOSÉ GARCÍA este lunes en El Correo.