El grupo morado Podemos, que hace años despertó tantas expectativas y que al día de hoy, por su política radical, aparentemente más centrada en sus ídolos y dirigentes que en el día a día, parece más interesado en su propio futuro político que en apoyar que se formen gobiernos progresistas ya sea en España o en Comunidades como Galicia.
Se están portando, de alguna manera y con todo el respeto, como 'el perro del hortelano' que ni come ni deja comer. Saben que ni actualmente tienen, ni pueden aspirar a tener un simple diputado/a en la cámara gallega, pero prefieren perder esos pocos votos que sumarlos a una alternativa conjunta de la izquierda de la izquierda dispuesta a SUMAR votos y dar por terminado el periodo de gobierno de derechas gallego.
Pero parece que, rabiosos como están, antes estan dispuestos a poner alfombra roja a la derecha española que a la única alternativa progresista actualmente posible.
Es una pena que una candidatura que en su día despertó tantas expectativas y que con el peso del tiempo, fruto de sus grandes errores personalistas, acabe rabiosa y como el perro del hortelano, es decir, que como sabe que ellos no van a rascar bola, creen que es mejor que nadie de su entorno lo haga. ¡Qué pena!
Se están portando, de alguna manera y con todo el respeto, como 'el perro del hortelano' que ni come ni deja comer. Saben que ni actualmente tienen, ni pueden aspirar a tener un simple diputado/a en la cámara gallega, pero prefieren perder esos pocos votos que sumarlos a una alternativa conjunta de la izquierda de la izquierda dispuesta a SUMAR votos y dar por terminado el periodo de gobierno de derechas gallego.
Pero parece que, rabiosos como están, antes estan dispuestos a poner alfombra roja a la derecha española que a la única alternativa progresista actualmente posible.
Es una pena que una candidatura que en su día despertó tantas expectativas y que con el peso del tiempo, fruto de sus grandes errores personalistas, acabe rabiosa y como el perro del hortelano, es decir, que como sabe que ellos no van a rascar bola, creen que es mejor que nadie de su entorno lo haga. ¡Qué pena!