El 20 de diciembre se cumplen 50 años del comienzo del juicio del Tribunal de Orden Público contra diez sindicalistas de Comisiones Obreras, el llamado Proceso 1001, un proceso con el que empecé a "enterarme" de lo que pasaba en este país. Yo empezaba a estar en grupos de barrio y parroquiales, en los que se hablaba de estas cosas.
A la misma hora de ese día, ETA atentaba contra el presidente del Gobierno de España, Luis Carrero Blanco, en una calle de Madrid, acabando con su vida, una acción que reconozco que a muchos nos animó a tirar los jerséis al aire muchas veces al ritmo de la canción del momento. Una acción "militar" difícilmente condenable en aquella época.
Estos dos acontecimientos, de alguna manera entrelazados, marcarían el devenir histórico de nuestra país.
A la misma hora de ese día, ETA atentaba contra el presidente del Gobierno de España, Luis Carrero Blanco, en una calle de Madrid, acabando con su vida, una acción que reconozco que a muchos nos animó a tirar los jerséis al aire muchas veces al ritmo de la canción del momento. Una acción "militar" difícilmente condenable en aquella época.
Estos dos acontecimientos, de alguna manera entrelazados, marcarían el devenir histórico de nuestra país.
Y dicho esto, hay que reconocer que ante las movilizaciones sin precedentes, la organización terrorista ETA decidió aprovechar la coyuntura con una gran dosis de oportunismo; trató de quitar protagonismo al movimiento democrático de amplios sectores de la sociedad española contra la dictadura al hacer coincidir el atentado contra Carrero Blanco con el Proceso 1001.
No fue lo única vez, lo hizo también años después con el movimiento antinuclear vasco con sus atentados contra la central nuclear.
ETA con sus "acciones" y con su sangrienta trayectoria consiguió rearmar ideológicamente al mundo de la extrema derecha y neutralizar las luchas democráticas, debilitando a las organizaciones que luchaban de manera no violenta contra las estructuras del régimen de aquella época, aunque algunos reconozcamos que perdimos algún que otro jersey.
No fue lo única vez, lo hizo también años después con el movimiento antinuclear vasco con sus atentados contra la central nuclear.
ETA con sus "acciones" y con su sangrienta trayectoria consiguió rearmar ideológicamente al mundo de la extrema derecha y neutralizar las luchas democráticas, debilitando a las organizaciones que luchaban de manera no violenta contra las estructuras del régimen de aquella época, aunque algunos reconozcamos que perdimos algún que otro jersey.