La reacción del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a la tragedia provocada por la dana en el sureste español debe ser denunciada como un ejercicio de impostura política y de utilización de la conmoción pública completamente fuera de lugar, pero desgraciadamente coherente con su reciente estilo de oposición.
En medio de la catástrofe, con las cifras de muertos elevándose por decenas según pasaban las horas (158 confirmados hasta la noche de este jueves) y con toda Europa en shock ante imágenes de destrucción desconocidas en la España reciente, Feijóo acudió a Valencia para presentarse como un actor imprescindible en la gestión de la crisis, y al tiempo tratar de responsabilizar al Gobierno central del desastre.
Afortunadamente, ningún otro líder popular con algo de responsabilidad ejecutiva replicó o validó las afirmaciones de Feijóo. Mazón compareció después con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y le agradeció la cercanía y la rapidez de respuesta, en claro contraste con el reproche de Feijóo solo unas horas antes reclamando al gobierno central “alguna colaboración”. Es más, ambas administraciones han acordado, ante la magnitud de la catástrofe, incrementar el ámbito de gestión conjunta.
Resulta preocupante que Feijóo se mueva en unos parámetros políticos en los que se considera pertinente hacer unas declaraciones como estas, que solo se pueden entender como un ataque preventivo para sembrar confusión ante una posible polémica que, en estos momentos de dolor y emergencia activa, ni siquiera está sobre la mesa, como demostraron Mazón y Sánchez.
Foto: Jorge Gil (EuropaPress)
https://elpais.com/opinion/