¿Por qué no se les pone buenas multas a los creadores de bulos y de noticias falsas en cuanto se demuestra que lo son?
En pocos días sería otra cosa.

viernes, 29 de noviembre de 2024

X, Bluesky y el éxodo inacabado.

 

Cuando jugamos una partida en la que el contrario marca las cartas, las cambia a su gusto y nos las roba en nuestra cara cuando finalmente tenemos una buena mano ante la complicidad del árbitro, es normal abandonar la partida. (Franz S. Heiligen)

Twitter, desde un primer momento, esta red social llamada “de microblogging” se autoerigió como una especie de ágora del mundo digital en la cual intercambiar ideas, debatir y enriquecernos como personas.

Pero cuando el multimillonario dueño de Tesla Elon Musk, hombre hecho a sí mismo gracias a los pingües beneficios de las minas de diamantes propiedad de su familia, compró Twitter por cuarenta y cuatro mil millones de dólares, 
el clima de censura, de confrontación, de invisibilización de algunos usuarios en la red social se ha hecho, si cabe, mucho más evidente.

Así las cosas, la aparición de Bluesky, una red social muy similar a Twitter ha supuesto un giro inesperado de los acontecimientos. Si bien esta tuvo una acogida notable por la parte de la comunidad tuitera que estaba cansada de bloquear a provocadores, el pistoletazo definitivo del éxodo lo dio la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas celebradas el pasado 5 de noviembre.

Pero 
por mucho que sea una red social perteneciente a lo que se conoce como software libre, cosa que la hace más atractiva a quienes tenemos ciertos ideales, Bluesky es otra gran empresa tecnológica susceptible de ser comprada por otro Elon Musk y convertida en otro estercolero.

Cuando eso pase, ¿qué haremos? No lo se.
Mientras tanto, disfrutémosla.