La política moderna se nutre de esta estrategia:
mentiras absurdas, sin contexto ni fundamento
pero cuidadosamente dirigidas
para alimentar una narrativa
que polariza y desinforma.
El periodismo, que alguna vez se consideró el cuarto poder y guardián de la verdad, está siendo socavado por una avalancha de mentiras y manipulaciones disfrazadas de noticias. Este ataque no solo desinforma, sino que debilita la capacidad del público para tomar decisiones informadas, lo que a su vez deteriora la salud de nuestras instituciones democráticas.
En el panorama actual, la ética, que alguna vez fue un componente esencial del discurso político, ha sido destrozada por un tipo de comunicación en la que la verdad es irrelevante. La manipulación y la falsedad se han convertido en pilares fundamentales de la estrategia política moderna.
mentiras absurdas, sin contexto ni fundamento
pero cuidadosamente dirigidas
para alimentar una narrativa
que polariza y desinforma.
El periodismo, que alguna vez se consideró el cuarto poder y guardián de la verdad, está siendo socavado por una avalancha de mentiras y manipulaciones disfrazadas de noticias. Este ataque no solo desinforma, sino que debilita la capacidad del público para tomar decisiones informadas, lo que a su vez deteriora la salud de nuestras instituciones democráticas.
En el panorama actual, la ética, que alguna vez fue un componente esencial del discurso político, ha sido destrozada por un tipo de comunicación en la que la verdad es irrelevante. La manipulación y la falsedad se han convertido en pilares fundamentales de la estrategia política moderna.
Plataformas como X, con evidentes sesgos hacia la extrema derecha, se han convertido en canales predominantes de desinformación.
El periodismo debe resistir la tentación del sensacionalismo y comprometerse con una narrativa basada en hechos, por encima de la rapidez y la viralidad.
En un mundo donde la desinformación es la norma, la verdad es un acto de resistencia.
El periodismo debe resistir la tentación del sensacionalismo y comprometerse con una narrativa basada en hechos, por encima de la rapidez y la viralidad.
En un mundo donde la desinformación es la norma, la verdad es un acto de resistencia.