Seamos optimistas. Una primera lectura europea del resultado en EE UU puede dar la impresión de que la victoria trumpista dará alas a la ultraderecha. Pero también puede ser la más eficaz vacuna frente a ella.

sábado, 2 de noviembre de 2024

La otra "cara" de la DANA.
Lo que también se debe saber.

 En el primer Gobierno que puso en marcha tras ganar las elecciones, Mazón entregó la gestión de las Emergencias a Vox, un partido negacionista climático y sin experiencia previa de gobierno. El máximo hito de la exconsellera de extrema derecha al frente de Justicia e Interior fue desmantelar la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), creada por el anterior gobierno de PSPV-PSOE y Compromís para coordinar catástrofes. A los cuatro meses. El propio Mazón se empleó a fondo en “vender” este éxito político porque se acababa con “un chiringuito”.

Tras la ruptura con Vox, las competencias en Emergencias las asumió la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas. Como responsable directo del área, ejerciendo de secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, Pradas situó a Emilio Argüeso, un exdiputado de Ciudadanos que recaló en el PP para acabar de dinamitar a la formación naranja en la Comunitat Valenciana en la pasada legislatura. Argüeso está en excedencia como guardia civil y tiene experiencia como policía local, pero no en gestión ni es de la confianza del presidente, como se ha acreditado en esta crisis.

La descoordinación se ha evidenciado en la falta de gestión de los propios recursos. Mientras el Gobierno de Mazón ya estaba solicitando la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias y posteriormente del Ejército, tenía a sus cientos de bomberos forestales de brazos cruzados. Según los sindicatos, los seis helicópteros del Servicio de Bomberos Forestales de la Generalitat permanecieron en sus respectivas bases sin intervenir durante los dos primeros días de la emergencia, mientras desde el Ejecutivo autonómico se solicitaban medios del resto de España.
 

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