Si de verdad los líderes europeos están preocupados
por la utilización evidente que está haciendo Elon Musk de X
para avanzar la agenda del odio, la violencia y el racismo
por todo el mundo, está en su mano responder.
Ante el hecho evidente de que la persona más rica del mundo no solamente está decidida a utilizar todo su poder y su dinero, así como una de las redes sociales más importantes del mundo para hacer avanzar un programa político que persigue la eliminación física de las personas migrantes —muy especialmente de las que no tienen dinero y no son blancas— sino que, además, pretende intervenir en los procesos electorales que se abran en cualquier país —incluidos los de la Unión Europea— para impulsar al máximo a los partidos que defienden esta misma agenda xenófoba y supremacista, creo que es el momento desde Europa de plantearse la creación de una red social pública, controlado desde la administración pública, al estilo de las radios y televisiones existentes.
Una red social europea que cuente con la enorme potencia de fuego presupuestaria de los presupuestos públicos sí puede mirar a los ojos a estos gigantes y obligarles a elegir entre el respeto a las normas democráticas o la desaparición.