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El líder del PP, Núñez Feijóo, junto a varios presidentesde su partido. |
Es verdad que Vox no es sino una escisión del Partido Popular y que del Partido Popular nace, en forma de protuberancia forjada tras la extracción de su vertiente más franquista; es cierto que tampoco ayuda el origen histórico del Partido Popular, y que la cabra –o el águila– tira al monte. Pero yo, al menos, conozco a varias personas de derechas –y tengo amigos de derechas– a quienes Vox les produce rechazo, les parece una formación repulsiva, pero son voces que oigo poco o que no hablan demasiado en alto sobre todo lo que les parece inaceptable.
Demócratas de derechas: expresen las líneas rojas que aún consideran inaceptables, si siguen siéndolo. La alternativa es ir perdiendo por el camino la humanidad. Si no están dispuestos a sacrificar a personas que quieren, a amistades, a seres humanos y vidas preciadas, queridas: hablen. Si no hablan, al menos sepan que a través del silencio también se asfalta la ruta que conduce a la catástrofe; que el camino al infierno está repleto de buenos propósitos.