En mi época en la que circulaba con un "600" por el país, toda una década, cuando los conductores podíamos solucionar muchos de los problemas que se nos presentaban diariamente en el motor de nuestra máquina, no como ahora, sabíamos que los "calentones" en los motores eran peligrosos.
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, admitió ayer que el máximo dirigente del PNV en Gipuzkoa, Joseba Egibar, pudo dejarse llevar por un «calentón» cuando anunció que el PNV no iba a apoyar la moción de censura en Arrasate contra ANV, pero dijo que no tiene nada que reprochar a nadie porque no fue una decisión tomada por la Ejecutiva.
Urkullu reconoció que la gestión de esta cuestión «no lo hemos hecho bien», por lo que se ha podido poner en cuestión el «compromiso ético del PNV», aunque desdramatizó la influencia que este hecho haya podido tener en el seno del partido.
Yo, personalmente, creo que los "calentones" en política son malos e incluso proporcionalmente malos en función de la "altura política" de donde provenga el susodicho "calentón".
Además los hay involuntarios o voluntarios, y los hay mas o menos oportunos en función del momento del mismo. El que estamos comentando reunía, en mi opinión, todos los grados máximos de gravedad, peligro o dificultad. Así que quitarle importancia tampoco lo veo recomendable.
