Ayer el Lehendakari recibió a un representante del Tibet. Le mostró su solidaridad y la de una gran parte de la ciudadanía vasca que defendemos la libertad de los pueblos, su derecho a vivir en libertad y rechazamos cualquier dejación en el ejercicio de los Derechos Humanos, desde el primero al último. Desde aquí mi felicitación, mi apoyo y mi solidaridad.
Lo que no me ha parecido acertado, y menos viendo los tiempos que corren, ha sido la desafortunada comparación entre los pueblos que ha realizado el Lehendakari. Ni Euskadi tiene nada que ver con el Tibet, en mi opinión, afortunadamente. Y ni España se parece a la actual China, también, en mi opinión, afortunadamente. Además, que mas quieren algunos que oír semejantes frases para rasgarse las vestiduras, y no creo que nos interese que nadie pueda hacerse el ofendido.
Una pequeña provocación francamente innecesaria.