El ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, fundador de Eusko Alkartasuna (EA), sostiene que "el plan de Ibarretxe está en punto muerto, aunque no sólo por su culpa". Yo haría una "matización". En mi opinión, lo de "en punto" le sobra.
Tal como señala en unas declaraciones realizadas a EL PAIS, el ex-lehendakari sostiene que cuando llevamos dos legislaturas con un monotema, llámese plan Ibarretxe o propuesta de nuevo marco político, sin darle una salida inmediata, parece que es un tema que va perdiendo chispa. Si, además, ese monotema se convierte en el mensaje exclusivo del mundo nacionalista durante la campaña y se dirige a las generaciones que no vivieron la Transición, cuando la cuestión nacional tenía otra carga emocional porque se salía de una época represiva con grandes expectativas de cambio, el nacionalismo se encuentra con su propio problema que tiene que analizar y revisar.
En unas declaraciones que, tengo que reconocer, viniendo de donde vienen me han sorprendido bastante, admite que el discurso del nacionalismo está desajustado, porque el derecho a decidir y el plan Ibarretxe, que no acaba de materializarse, han terminando por convertirse en un planteamiento endémico, en un mensaje aburrido y sin esperanza.
Para muchos de nosotros, la necesidad de un replanteamiento del tema es algo mas que urgente. Y me consta que es algo que muchos lo están, lo estamos, intentando. Sin excesivas prisas pero sin pausas, porque el tiempo corre en contra nuestra y porque a la gente le empieza a resultar imprescindible recibir dos mensajes seguidos que señalen la misma dirección.
Leído en EL PAIS