El auto dictado por el Supremo anulando la candidatura de Iniciativa Internacionalista por entender que se ha producido una instrumentalización de la misma por los partidos ilegalizados, constituye, a mi entender, el ejemplo más ilustrativo de cómo en la Sala 61 la sospecha se ha impuesto como criterio enjuiciador y de cómo la convicción a la que se alude en el auto no es la llamada convicción jurídica a la que se llega sólo en sede judicial, tras la valoración de la prueba, conforme a los dictados de la lógica y del raciocinio humano. (Xabier en El Correo)
Afortunadamente, el Constitucional se ha armado de valentía democrática y ha concedido el amparo a los recurrentes.
Lo deciamos el otro día. Siguiendo la linea del Supremo, cualquier día descubro que soy Batasuno, y eso sí que no.