Nadie duda que es otro cadaver político, similar al que todavía anida en la "Ajurienea" valenciana. Pero el caso Yak todavía no está enterrado del todo, ya que todavía falta por llegar el juicio más grave: el de quién contrató el ruinoso avión. Y si Trillo dimitiera o dimitiese ahora, al entender que tiene que asumir como propios los errores de sus subordinados, algo que los "gavioteros" muchas veces han exigido a otros, pero cuando les toca se resisten, sentaría un peligroso precedente puesto que el siguiente en la cadena de mando sería un señor con bigotes, que presumía de ser amigo de Bush y con apellido de naviera vasca.
Interesante ¿no?