El nacionalismo debe de aprender de los errores del pasado

Tres puntos claves que desde el nacionalismo democrático deberían de tenerse más en cuenta:

-El nacionalismo tiene que ser consciente de que en una estrategia democrática para avanzar en la materialización de sus proyectos, principalmente los basados en el derecho a decidir, es preciso tener en cuenta las limitaciones que se derivan del ordenamiento jurídico vigente en cada momento. No es necesario compartir tales limitaciones, ni asumirlas. Sencillamente tenerlas en cuenta. (En otras palabras, "correlación de fuerzas").

-El nacionalismo tiene que analizar y revisar con vocación autocrítica la estrategia desarrollada en la última legislatura en torno al llamado derecho de decidir. También en política es preciso analizar y valorar los resultados obtenidos. No se trata de un análisis electoral, o sólo electoral, es preciso ver si los proyectos que uno ha impulsado están ahora mejor o peor que antes. Porque puede suceder que los resultados electorales sean aceptables y hasta buenos, pero en cambio encontrarnos con que los proyectos que se han promovido como indispensables para el país hayan quedado debilitados y difuminados.

-El nacionalismo debe huir de cualquier tentación de establecer un dilema entre la vía del derecho a decidir y la vía del autogobierno como si fueran dos estrategias enfrentadas. En la última legislatura en más de una ocasión se incurrió en este error y sus consecuencias las está pagando ahora el nacionalismo. Si el nacionalismo desea seguir defendiendo el derecho de decisión en términos políticos y no sólo ideológicos debe empezar a reflexionar y elaborar una nueva estrategia, que sea eficaz políticamente y viable jurídicamente.

Pero para eso, entre otras cosas, tiene que aprender de los errores del pasado.

Xabier Gurrutxaga (2010-02-25)