El presidente del ABB, Iñaki Gerenabarrena, ha escuchado de viva voz cómo le pedían su dimisión "si seguía siendo incapaz de echar del partido" (PNV) a los implicados en el caso De Miguel, la supuesta trama de corrupción que alcanza como imputados a varios significativos afiliados jeltzales y aunque el ABB negó ayer que se hubiera producido esta petición de dimisión, parece ser que si alguien falta a la verdad en este caso es el ejecutivo alavés.
En algunas de estas asambleas de afiliados también se intentó evitar la votación para su refrendo, pero la mayoría desoyó la propuesta de la mesa y expresó su apoyo a la candidatura no "oficial". En cualquier caso parece que en el PNV están moderando las formas. Hace cuatro años, en las primarias de la legislatura que ahora acaba, en Sopelana por presentar una candidatura distinta a la oficialista propusieron la expulsión del partido de los firmantes.
Insistir en la forma en que organizan las primarias los partidos políticos actualmente es apostar por el absentismo de la afiliación, una constatación evidente, y por la automarginación y el ninguneo ciudadano, que aunque a corto plazo a los protagonistas ganadores "se la sude" y les salga algo más que rentable, a medio plazo de seguro que traerá consecuencias actualmente impredecibles.
