Me gusta su nombre, la roja. Un nombre que la sitúa al margen de términos localistas de territorio o país y representa a un equipo que juega como tal.
Me gusta su color, si es como el de la foto. Los sentimientos e ideas que en el mismo se simbolizan. La otro no tanto, aunque viendo que la gran mayoría la utiliza como un símbolo bastante menos sagrado que tal como la conocí, con propaganda incluída en vez de aguilucho amenazador, me tranquiliza.
Me gusta cómo juega. En equipo. Aunque luego la prensa se encargue de aupar dioses individuales, se ha demostrado en este mundial que dioses sin equipo son menos dioses, y si no, que se lo pregunten a algún catalán argentino mundialmente conocido.
Y me gusta la letra del himno, aunque tengo que reconocer que su sonido, su musicalidad, sigue produciendo en mi recuerdos poco gratos, pero la letra me encanta. Además, cabe recordar que la "Marcha Real" paga derechos de autor y el "Himno de Riego" saldría gratis). Pero, aun con todo. ha sido un acierto. Reconozco que me gusta oír a la afición cantando el himno sin que haya uno que ni se la sepa ni se le olvide. Un himno "sin letra" es mucho menos himno y si la gente no lo puede cantar, pues menos lo hace suyo. Por eso creo que incluso los jugadores en el campo, cuando escuchan la musica, en vez de ponerse tan serios, deberían sonreir y cantarla con el resto de la afición, puesto que no por ello faltarían al respeto a nadie, todo lo contrario, se unirían mucho más con el jugador número doce.
Aupa "la roja", y la "naranja" dejémosla para animar al equipo ciclista en el tour del "Euskaltel Euskadi".
