Parece razonable pensar que si el Gobierno plantea ahora endurecer una cadena perpetua que ya está en vigor solo se explique por el oportunismo político de Mariano Rajoy.
Es bastante lógico deducir que el PP se ha dado cuenta que se la ha pegado en las catalanas, que está cayendo en las encuestas y que todo el mundo se ha dado cuenta que está podrido de corrupción.
Por todo ello, resulta conveniente repasar estas razones que convierten la cadena perpetua es demagógica, innecesaria y cruel.
1. No existe en España un problema de violencia criminal, por mucho que el gusto de algunos medios por la sangre y los sucesos pueda pintar otra realidad. La tasa española de homicidios está entre las más bajas del mundo.
Es la segunda mejor de toda Europa: la mitad que en Francia, diez veces inferior a la de Estados Unidos y cien veces menos que en Honduras o Venezuela, por comparar. Es más fácil ganar el gordo de la Lotería –uno entre 100.000– que ser víctima de un asesinato en España –0,63 por cada 100.000–.