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Ha sido aparecer la guía Drogas, el mundo, el barrio promovida por el Ayuntamiento de Zaragoza (Zaragoza en Común), y surgir una tormenta.
El Partido Popular en la capital maña ha salido en tromba y se ha rasgado las vestiduras mostrando reacciones histéricas por sacar a la luz el gobierno maño algo que todos sabemos que existe.
La cruzada prohibicionista, cuyos únicos frutos históricamente hablando, han sido el gangsterismo, la adulteración mortífera, la corrupción policial y el retroceso de la democracia en países americanos, parecía ya desacreditada incluso entre políticos conservadores pero en nuestro país vuelve a gozar de excelente salud.
Lo que allí se dice es pura evidencia: que drogas y medicinas son sustancias del mismo género, diferentes sólo en efectos sobre el organismo, dosis recomendables y leyes que enmarcan su distribución. Que todas admiten uso adecuado (a veces no recomendable) y abuso peligroso.
Que puesto que no van a desaparecer del mercado, sobre todo las prohibidas, más vale aprender cómo manejarlas por si la curiosidad o la tentación vencen a la prudencia. Escandalizarse ante esa guía es como fulminar la educación sexual en la escuela por corromper a los menores ...
En privado, los políticos menos cerriles de cualquier partido admiten que tales instrucciones son útiles pero añaden que la “gente” no lo entiende así. Es la renuncia a la ilustración: decir a la gente lo que quiere oír, nunca lo que debe saber ...