El lehendakari en su viaje al otro lado del charco, entre chistu y chistu, ha ‘vacunado’ a la diáspora argentina contra la vía catalana a la vez que ha insistido en que reconocer la plurinacionalidad del Estado ayudaría a resolver la «crisis territorial» en España.
No me ha parecido que el eco de sus declaraciones por estos pagos haya sido proporcional a lo manifestado, sobre todo cuando ha ratificado una vez más su insistencia en la importancia de la transversalidad y el pacto en las sociedades modernas, y en un mundo «interdependiente y de soberanías compartidas», donde por descarte, la pancarta "independentzia" sobra. Asimismo, ha declarado no poder entender la construcción de una sociedad plural y diversa como la vasca sin un acuerdo interno entre diferentes.
Algo absolutamente razonable, pero que algunos de sus "alderdikides" no parecen entender.