El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

sábado, 16 de febrero de 2019

Después de escucharle, daban ganas de votarle.

La campaña electoral para las elecciones del 28 de abril empezó ayer por la mañana, en el mismo momento en que el presidente del Gobierno las anunció. 

Pedro Sánchez hizo su primer mitin ante los ojos de todo un país que miraba atento a la Moncloa para saber cuál iba ser la fecha elegida para acudir a las urnas y como en los buenos thrillers, el presidente no lo hizo al principio de su intervención, sino que esperó a la recta final de su discurso a fin de mantener la atención de la audiencia. 

Antes no sólo creó el ambiente apropiado, sino que hizo un relato en positivo, quizás demasiado partidariamente, de estos casi nueve meses en el poder y como escribió Fernando Ónega: después de escucharle, daban ganas de votarle.

Es evidente que después, vuelves a oír a unos y a otros y compruebas que la verdad no está en manos de nadie al 100%, aunque también fue ayer demasiado evidente quienes son los partidos que, diga lo que diga Sanchez, se opondrán casi violentamente no solo a su persona, sino fundamentalmente a lo que representa, y ahí si que me encuentro mucho mas cerca de sus propuestas que de las del, tal como las denominó una ministra, del "trifálico" de derechas.