El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

sábado, 15 de agosto de 2020

Imputa, que algo queda. A base de chismorreos, la caverna mediática tiene portadas disponibles para tres meses.

blogs.publico.es/davidtorres
Las imputaciones contra Podemos llevan camino de convertirse en una tradición española más, como las corridas de toros, el flamenco, la siesta, las Fallas o la Semana Santa. De hecho, mientras algunos de los magistrados acaban más quemados que un ninot y otros cantan por bulerías, el público se divierte de lo lindo, igual que todo el mundo en la plaza, salvo el toro. En cuanto a la imputación, termina durmiendo el sueño de los justos, aunque no para siempre: sólo está echándose la siesta y un día u otro se levantará como Cristo el Domingo de Resurrección, listo para otra tanda de latigazos.

Hasta la fecha, van catorce querellas archivadas en tribunales, una quiniela completa en la que de un lado estaban diversos líderes de la formación morada y de la otra adversarios tan prestigiosos y dignos de crédito como el abogado Emilio Rodríguez Menéndez, el sindicato Manos Limpias o Vox. La última causa abierta contra Podemos se presenta como una especie de parodia veraniega de la famosa caja B del PP. Resulta que el propio Calvente admita que no tiene ninguna prueba de su acusación, que habla de oídas.


"Alguien es un asesino" y "alguien ha matado a alguien". A base de chismorreos, la caverna mediática tiene portadas disponibles para tres meses.